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lunes, 21 de mayo de 2018

EL ARCA DE LAS TRES LLAVES PERTENECIENTE AL ANTIGUO PÓSITO


En primer lugar, antes de entrar a narraros el destino que tuvo el arca de tres llaves del antiguo Pósito de Villafranca, he recopilado información de algunas fuentes para saber qué uso tenían y para que se destinaban.

Las arcas cerradas con llaves han sido muy usadas a lo largo de la historia para custodiar de forma segura valores diversos, es uno de los primeros contenedores de documentación de archivo. Monarquías, ayuntamientos, instituciones eclesiásticas, etc. han utilizado este mobiliario para guardar sus documentos. El arca de tres llaves no fue un fenómeno único en España, también existió en otros países europeos y llegó a América del Sur.


Antigua Arca de las Tres LLaves, que una vez restaurada y saneada la parte quemada quedó más pequeña y con un cierre de llave menos.




 Los archiveros suelen identificar arca de tres llaves con archivo. No siempre esta afirmación es correcta. En siglos pasados se utilizaron, a modo de cajas fuertes, arcas donde se guardaban los tesoros y objetos de valor, dinero del pan de los pósitos municipales y arcones y baúles donde dinero y documentación coexistían y compartían espacio. A su vez estas arcas se introducían en otras, se reforzaban con hierros, se enrejaban las ventanas de sus sedes, se ataban con cadenas y en general, como continentes de grandes valores monetarios o testimoniales, para mayor seguridad, se resguardaban todo lo posible.

El hecho de que las llaves del arca no estuvieran en manos de una sola persona proporcionaba mayor seguridad de su contenido. Con el sistema de las tres llaves, y en manos de personas distintas, se trataba de evitar el acceso individualizado y no controlado, además de los peligros de una incorrecta o sesgada utilización.

Estas arcas son una prueba de la necesidad que a lo largo de la historia ha existido por conservar y testimoniar los soportes físicos que contienen la información.

El Arca de las Tres Llaves del Pósito de Villafranca.


Detalle de una de las cerraduras

En el año 1983, comienzan las obras para construir el nuevo ayuntamiento, apareciendo en un sótano que se utilizaba como carbonera, un arca de madera de nogal, la cual, constaba de tres cerraduras. Al hilo de esto, mi amigo Antonio Fernández, “El Carbonero”, me cuenta el destino que tuvo este arca y que todos podréis escucharlo de su propia voz porque tengo grabado en audio su comentario, el cual lo pondré al final del artículo. 

Como Antonio debido a su edad, muy próxima al siglo, su vocalización ya no es muy clara, transcribo lo que habla aunque no completamente, sí lo principal de lo que nos cuenta en la grabación.

Dice Antonio:

“Saliendo un día de mi casa estaban “Paquillo” y el “Socato” sacando cosas del Ayuntamiento para arreglarlo y me dicen: “Mira que vamos a quemarla”. Curro “El Carcelero” le había echado al arca picón aún encendido y había ardido por un lado, ésta estaba en el antiguo Pósito.

La miré por si podía aprovechar los herrajes, que se le veían, para otra arca nueva pero al acercarme vi que tenía tableros de un solo ancho y de un grosor considerable, era madera de nogal y dije ¡¡Esto es una joya!!, así que me la lleve a mi casa, la desarme entera y le recorté la parte quemada.

Una vez restaurada, un anticuario me la quiso comprar, pero antes se lo comento al alcalde Gonzalo Obrero y me pide que no la venda haber si una vez terminadas las obras el Ayuntamiento podía recuperarla. Al tiempo Gonzalo salió de la alcaldía y aquello se olvidó, también a mí se me pasaron las ganas de venderla.

Pasado un tiempo el mismo anticuario que me hizo la oferta anterior, me ofreció por el arca 10 millones de pesetas porque tenía un coleccionista interesado, el marqués de Miraflores, pero no la vendí. Tengo un arca con historia aunque ya solo le queden dos llaves.”

Si aquel día, Antonio no pasa por la puerta del Ayuntamiento, este arca con siglos de historia fuera sido pasto de las llamas y aunque hoy ya no sea patrimonio de todos los villafranqueños al menos sabemos que la conserva un villafranqueño.



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