A raíz de un artículo publicado en la revista La Ventana
Cultural por B. Jesús Corredor del
que extraigo una parte en la que dice:
"El camino de hierro
que hoy vemos comienza a fraguarse hacia 1862. con el nombramiento de un perito
tasador de los terrenos que debían expropiarse para la construcción del
ferrocarril entre Córdoba y Manzanares, afectando a un buen puñado de
agricultores del pueblo. Aún no habían comenzado los trabajos en los terrenos cuando
pasa la comitiva real de Isabel II, con el príncipe de Asturias, futuro Alfonso
XII y su séquito por el arrecife o Camino Real, deteniéndose brevemente en la
tienda adornada a tal efecto por el ayuntamiento. En los próximos viajes regios
se suprimiría las carrozas por el tren una vez concluida su construcción.
Ese
mismo año por debajo de la estación, esto es, en el río, se podía ver el paso
de una pinada de 4.000 piezas de madera navegando desde Cazorla hasta Sevilla;
transporte habitual desde antiguo, pero que ya iba perdiendo importancia. Pero
lo peor de ese año eran los incendios que se iban sucediendo bien por la quema
de almiares, como los acaecidos en la sierra que desde el término de Córdoba
entraban devastadores en los pagos de Villafranca.
En 1864 ya está funcionando el tramo de
ferrocarril entre Córdoba y Andújar, dos años más tarde se inaugura
oficialmente el tramo entre Córdoba y Manzanares, con lo que se une la capital
de España con Málaga, Sevilla y Cádiz, que ya estaban en explotación años antes.
Nuestros paisanos, asistieron sorprendidos a lo que sería un hito en la
revolución del transporte hasta entonces, luego poco a poco se fueron
acostumbrando al paso por el nuevo camino de hierro, de esos asombrosos,
ruidosos y humeantes artilugios de vapor llamados locomotoras que arrastraban
de un tirón pasajeros y cualquier tipo de cargamento, a una velocidad
increíble, aunque a nosotros nos parece ahora ridícula”.
El artículo continua ya narrando los hechos del accidente,
basándose en los relatos de prensa de La Esperanza, pero sobre todo del
periódico La Correspondencia de España que nos da detalles de los hechos, ambos
periódicos ya no existen.
El accidente ferroviario, se produce en la madrugada del
lunes 10 de agosto de 1.868 en el paso a nivel primitivo del que hoy ya solo
quedan restos de la casilla del guarda bajo los muros del viaducto de la
Nacional IV, y el día 16 del mismo mes aparece la noticia en La Correspondencia
de España, y dice:
<<Un periódico de Córdoba cuenta
en los siguientes términos el descarrilamiento ocurrido el domingo último en la
estación de Villafranca, única a Andalucía: «Una galera con siete mulas, sin
cargamento, propiedad de D. Juan
Sotomayor vecino de Bujalance llegó al paso a nivel, y encontrando ya cerradas
las barreras, porque el tren se aproximaba, se paró para esperar á que el paso
quedara expedito. El silbido de la locomotora que se acercaba espantó las mulas,
que los mozos habían dejado solas, y arrancando con gran velocidad se
introdujeron en la vía por un lado de la barrera á tiempo que la máquina
llegaba, la que, chocando con el vehículo, lo destrozó, volcando en el mismo momento y haciendo
volcar los primeros vagones que iban
cargados de mercancías.
En el vuelco de la locomotora tuvo el
fogonero la desgracia de caer en el carbón encendido y entre unas planchas que
lo sujetaron de manara que fue imposible socorrerlo, á pesar de los inauditos
esfuerzos que se hicieron para extraerlo, en lo que se distinguió un guardia
civil del puesto de Montoro, que iba a Córdoba.
Los heridos fueron el jefe del tren,
que lo está de gravedad, el maquinista y otro empleado. Los pasajeros no
sufrieron más que las molestias consiguientes por la detención hasta que
llegaron los coches que salieron de Córdoba, y por el trasbordo; en todo lo que
se invirtieron tres horas. De las mulas una murió, otra quedó perniquebrada, y
las restantes con enormes desollones.>>
El mismo periódico, el día 22 de agosto, vuelve a dar más
detalles del accidente:
<<Hoy
podemos dar más detalles sobre el descarrilamiento que sufrió en el kilómetro 417 el tren mixto que iba
á Córdoba. Dicho tren arroyó en el paso á nivel de la carretera general de
Andalucía, una galera propiedad del Sr. Sotomayor, vecino de Bujalance, que
arrastraban siete mulas y dirigían dos carreteros. El guarda barrera,
cumpliendo con su deber, había cerrado las puertas del paso delante del que
estaba parada la galera, cuyo tiro asustado al oír el silbato, se precipitó
sobre la vía, rompiendo el pilarote de los peatones y parte de la barrera, sin
que pudieran detenerlo los conductores que iban en el pescante.
A consecuencia
del choque se destrozó la galera, quedó en el acto muerta una de las mulas del
tiro y descarriló la máquina, que volcó, cogiendo al fogonero entre la chapa
del ténder y máquina y cayendo sobre él el carbón y el agua hirviendo. El
fogonero murió á los cincuenta minutos y el maquinista sufrió una fuerte
contusión y también el conductor del tren. Los carreteros sufrieron también
contusiones, pues al empuje del choque, fueron despedidos del pescante donde
iban; los viajeros no experimentaron más
que el susto consiguiente.
Los empleados
de la empresa cumplieron todos con su deber, pudiéndose atribuir este
desgraciado incidente á la impremeditación de los carreteros, que debiendo
conocer el ganado tuvieron la calma de
quedarse en el pescante, cuando debieron estar en el suelo sujetando el tiro.
La autoridad
local de Villafranca auxilió cuanto pudo y con la mayor actividad a los heridos
y viajeros, facilitando a los primeros vendajes, víveres y consuelos; siendo
digno de notar el comportamiento de un
sacerdote, cuyo nombre sentimos no conocer, el cual viajaba en el tren y
prestó al moribundo fogonero los auxilios religiosos?.>>
Casilla del antiguo paso a nivel del camino Montilla |
El último guarda barrera de este paso a nivel fue Miguel Asencio |
No hay comentarios:
Publicar un comentario