lunes, 13 de agosto de 2018

PEPE MORENO ALAMILLO VENDEDOR DE LA O.N.C.E

Pepe en su puesto de venta de cupones, ubicado en el Jardincito.
A Pepe siempre lo hemos conocido con sus muletas y su carro de minusválido de tracción manual y ya por último, utilizaba también uno motorizado y un coche adaptado. Digo desde siempre porque su minusvalía según me cuentan dos de sus hermanas le sobrevino en la infancia y me dicen:”Mi madre acuesta a mi hermano para dormir la siesta tan requetebién y cuando despertó, se quiso poner de pie y ya las piernas no le sujetaban”….”Lo ingresaron en el hospital San Juan de Dios, donde estuvo hasta los 12 años, tanto es así que cuando salió del hospital a nosotros , sus hermanos, nos llamaba de usted porque apenas nos conocía”.

Sus hermanas me cuentan también que estuvo un tiempo en Toledo y ya en Villafranca el cura Don Daniel, se encargó de recaudar fondos para comprarle un carrito, cuando se lo dieron, salió con él hacía la entrada del pueblo por la Cruz Marcela a recibir a los hermanos que venían de faenar para enseñárselo loco de contento.


Pepe sentado, posa junto a otros amigos, aprovechando un descanso de los componentes del grupo "Los Fami". Foto de Rafael Jimenez.

Cuando le ofrecieron vender los cupones, que por aquella época unos les decían, de los ciegos, otros de los iguales, a él no le gusto la idea pero su madre lo convenció diciéndole que ese podía ser su comer y porvenir.

De su estancia en el hospital San Juan de Dios, me comentan sus hermanas que en un rellano de la escalera de acceso a las plantas hay un retrato pintado en el que aparece su hermano con las muletas y aprovechando que recientemente he tenido que visitar el hospital, le he hecho unas fotos y os lo muestro. Lo que no puedo precisar, si el hermano que posa también en el retrato, sería el hermano Bonifacio.

Pepe, de pie con muletas. Foto Joaquín Priego

Detalle ampliado. Foto Joaquín Priego.

Para finalizar quiero reproducir un artículo del ABC dedicado al hermano Bonifacio, creo que es de justicia que conozcamos la labor que hizo por el mantenimiento de este hospital pidiendo ayuda por toda Córdoba y provincia.


Paisajes y Personajes Cordobeses: El hermano Bonifacio y el Hospital San Juan de Dios 



Hermano Bonifacio.

JUAN JOSÉ PRIMO JURADO Domingo, 11-04-10.

SE cumplen en este 2010, setenta y cinco años de la inauguración en Córdoba del Hospital San Rafael de los Hermanos de San Juan de Dios. Y los mismos años de la llegada a la ciudad del miembro más popular de esa orden y cuya labor por dicho centro resultó decisiva: el hermano Bonifacio. Bonifacio Bonillo Fernández había nacido en 1899 en Cañaveruelas (Cuenca), ingresó en 1924 como novicio en los Hermanos de San Juan de Dios y luego ejercería en Madrid y Bilbao como «limosnero». 

Sus superiores lo trasladan en agosto de 1935 a Córdoba, de donde ya no se moverá. Su venida en esa fecha no era casualidad, pues se enmarcaba en el retorno de la orden hospitalaria a Córdoba. Juan Ciudad, luego Juan de Dios, impresionado por las palabras de un gran santo de su época y cordobés de adopción, Juan de Ávila, había fundado el primer hospital en Granada en 1539. Nacía la orden de San Juan de Dios, que llegó a Córdoba en 1570 para hacerse cargo del Hospital de San Lázaro, frente a Puerta Nueva. Éste perduraría hasta la catastrófica desamortización de Mendizábal, terminándose por instalar allí el matadero municipal. 

En Cañero, le pusieron "Fray Garbanzo"

En 1934 los Hermanos vuelven a Córdoba. Una donación anónima adquiere la finca de naranjos llamada San Pablo, en la avenida de El Brillante, por un valor de 150.000 pesetas y la escritura a nombre de la orden hospitalaria. Su objetivo es atender a una clase de enfermos olvidados y casi en completo abandono: niños que padecían secuelas poliomielíticas, malformaciones congénitas o adquiridas y parálisis diversas. Luego se hará famoso por su servicio de traumatología. El hermano Bonifacio será el encargado de buscar el sostenimiento para el nuevo hospital. Dice de él su biógrafo Juan Muñoz: «Se muestra incansable en su diario peregrinar por las calles de Córdoba. Casas, oficinas, bares y comercios son visitados con asiduidad. También prácticamente todos los pueblos de la provincia. Incluso habla con los proveedores y no solamente consigue aplazar las fechas de pago, sino que también logra abaratar los precios». 

El hospital se inaugura el 24 de octubre de 1935. El primer superior es el hermano Adrián Touceda; el primer director médico el doctor Antonio Manzanares; y componen el cuadro los doctores Francisco Calzadilla, Germán Saldaña, Antonio Carreto, Juan de Dios Jiménez, José Navarro, José Casana y Rafael Pesquera. Bonifacio continuará su labor. En Cañero le pusieron «Fray Garbanzo» y Tico Medina lo bautizó como «El sablazo de Dios». El maestro Solano Márquez escribió: «Se parece a Juan XXIII. Viste parduzco hábito y sus sandalias han pisado en verano o invierno todos los cortijos de la provincia. Se levanta con las claras y aborda a los señoritos en el Mercantil, Ivory y Savarín. 

Tico Medina lo bautizó como «El sablazo de Dios».

Luego a lo mejor coge su Land Rover y se va a los cortijos a recoger limosnas en especies: trigo, garbanzos, animales, lo que buenamente caiga». El 20 de mayo de 1978, el hermano Bonifacio resbaló y se fracturó el húmero, cosa que no le impidió salir, todavía sin escayola, a continuar pidiendo. Siguió durante un mes, hasta que sufrió una trombosis cerebral y, aún así, siguió pidiendo por teléfono, en la cama. Murió el 11 de septiembre de ese año, lo enterraron en el panteón de la orden en el hospital e infinitas palabras de tristeza poblaron los medios de comunicación. 

El Ayuntamiento le dedicó una calle. El sindicato Comisiones Obreras lo definió como «Obrero de su fe en el amor a los desvalidos». El Estado había reconocido su labor en 1972 con la Cruz de la Beneficencia. Y la Iglesia lo tiene como Siervo de Dios. Los cordobeses lo guardan en su memoria y el Hospital es referente cordobés: actualmente acuden a sus consultas externas unos 80.000 pacientes anuales, se realizan en torno a 10.000 intervenciones quirúrgicas y en los próximos dos años se va a ampliar, dotándose de ocho nuevos quirófanos y triplicando las consultas externas.

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