Ermita de Las Angustias |
De esta ermita, el Viernes Santo
salen tres pasos, Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad, María Santísima
de la Soledad y Santo Sepulcro.
Tiempo atrás presentaba un estado
lamentable, hasta que en el año 2006 el Ayuntamiento comenzó con su restauración con fondos propios,
el presupuesto es de 75.000€, de los cuales Diputación aporta 30.000€. Hoy presenta un
estado inmejorable gracias a la labor que está realizando la nueva hermandad de
María Santísima de la Soledad. Esta imagen, anterior a la guerra civil, tenía
su sede en la ermita que tiene el nombre de esta advocación, La Soledad, la
cual debería recuperarse para el culto y no dedicarse para ningún fin distinto
para la cual fue construida.
He rescatado un artículo de D. Luis
Segado que lo titula “El ocaso de una Ermita” y es de agradecer que se haya
recuperado este patrimonio para disfrute del pueblo de Villafranca y para todo
el que nos visite.
Acompaño este artículo con fotos que
tengo de esta ermita unas antiguas y otras más actuales.
Junto a la huerta del palacio que fue
de los Comendadores de Calatrava, se alza la última de las ermitas que se
construyeron en la localidad. Dedicada a Nuestra Señora de las Angustias, tuvo
su origen en otra más antigua que recibía el nombre del abogado de las
epidemias, San Sebastián.
Su situación entre los dos
principales accesos a la villa, el Camino de la Barca y el de Córdoba, la
convertían en vigía permanente de Villafranca, impidiendo el paso a todos los
males que llegaran a sus puertas.
Al contemplar su estado ruinoso no
puedo dejar de evocar su historia y rememorar otros tiempos en que a fortuna le
dio mejor trato.
Poco sabemos del primitivo templo que
ya existe en el siglo XVI y era sede de las Cofradías de San Sebastián y de la
Vera Cruz, que acaban fusionándose en los primeros años de la centuria del
seiscientos.
Los principales actos que se celebran
en él son la solemne función religiosa el día de San Sebastián, y traslado de
su imagen a la parroquia para ofrecerle rogativas cuando el fantasma de la
peste ronda la población. También la hermandad de la Vera Cruz, primera
pasionista de la villa, organiza sus cultos en la ermita. Sin duda el más
importante tiene lugar el Jueves Santo cuando sus miembros hacen estación de
penitencia por las tortuosas calles del pueblo. A la imagen titular,
probablemente un crucificado conocido como el Cristo de San Sebastián, le
siguen un nutrido grupo de cofrades entre los que se encuentran los
disciplinantes, que al final del recorrido curan con vino las heridas
producidas por los azotes.
La vitalidad de la cofradía de la
Vera Cruz continúa a lo largo del siglo XVIII. Así, en 1729 compran una nueva
talla del Cristo, para cuya adquisición colaboró el concejo con 30 reales.
Otra imagen que se venera en esta
ermita es la de Nuestra Señora de las Angustias, que ya tenía altar propio en
1528, fecha en que María de Lora, mujer de Alonso Ruíz manda en su testamento
que a su muerte se digan "las treinta misas de pasión" ante el altar
de la Virgen de la Piedad de esta villa. Asimismo, en 1644 Catalina Alonso la
Tejedora, expresa entre sus últimas voluntades "que se haga un manto de
tafetán blanco a Nuestra Señora de las Angustias que está en la ermita del
señor San Sebastián..."
La talla de la Virgen con su Hijo
muerto en brazos, también se procesiona la larde del Jueves Santo, pero debido
al excesivo volumen del grupo escultórico no sale todos los años.
A finales del siglo XVIII, don Pablo
del Valle y Rio dona a la ermita de las Angustias una imagen del Resucitado,
para que recorra las calles "la primera mañana de todas las Pascuas de
Resurrección".
Por esos años la antigua iglesia de
San Sebastián sufre algunos deterioros por lo que deciden pedir limosna para
construir una nueva, tomando como modelo el recién edificado templo de Nuestra
Señora de los Remedios. En 1793 la obra había concluido, pero quedan por
terminar algunos adornos interiores. El fervor que despierta en los fieles la
imagen de las Angustias, que ocupa el lugar preferente del retablo mayor, hace
que el templo cambie su primitivo nombre, por el de esta advocación mariana.
Uno de los últimos benefactores de la
ermita fue Don Ildefonso de Torres y Rojas, que en 1889 solicita al obispo
permiso para ser sepultado en ella, por la mucha devoción que le profesa a la
Virgen de las Angustias. El párroco informa favorablemente por los grandes
reparos que ha hecho en este templo "que puede decirse que por ellos se
conserva", y porque se dispone a costear una verja de hierro en la
parroquia "para evitar el paso de los animales y conservar mejor los
muros". Teniendo en cuenta el dictamen del sacerdote y que el cementerio
municipal se encuentra en la capilla de San Miguel, más cercana al casco
urbano, el prelado accede a la petición.
En 1914 la iglesia de las Angustias
tiene cuatro altares: el mayor está presidido por la imagen titular flanqueada
por dos tallas de madera, la del Resucitado a la derecha y la de San Sebastián
a la izquierda. En el crucero hay dos capillas, la de Jesús preso en la situada
al lado del evangelio y la de Nuestra Señora de los Dolores en el de la
epístola. Frente a la puerta lateral un gran lienzo de San Cayetano, pintado al
óleo, forma el retablo. De sus paredes cuelgan diez cuadros.
La orfebrería está representada por
las siguientes piezas: seis sortijas de oro y esmeraldas, dos medallones de
oro, un rosario y una joya del mismo metal con perlas engarzadas. En plata se
guardan: una lámpara, una diadema y un corazón para Nuestra Señora de las
Angustias, una corona para la Virgen de los Dolores, dos rostrillos, un cetro,
seis potencias para el Señor, una caja para guardar el viril, un crucifijo, dos
candeleros y unas vinajeras. Los objetos de menos valor son: un par de
candelabros de madera, seis de metal y dos crucifijos del mismo material.
El ajuar de las imágenes es más bien
escaso y se compone de un vestido y manto de color blanco para la Virgen; dos
frontales y un manto de terciopelo negro, para Nuestra Señora de las Angustias
y una túnica de la misma tela para Jesús. En la sacristía hay algunos
ornamentos sagrados como casullas, de varios colores; albas, corporales,
purificadores, etc.
Durante la guerra civil esta ermita
corrió la misma suerte que todas las iglesias de Villafranca. Al saqueo e
siguió la destrucción de las imágenes y de todos los enseres que había en ella,
asimismo el edificio quedó bastante deteriorado. Los daños ocasionados fueron
evaluados por el párroco en once mil pesetas.
Al finalizar la contienda, el templo
no vuelve a recobrar sus esplendores pasados. Primero se utilizó de granero y más
tarde para sala de cine y teatro. En 1963 le hicieron una pequeña obra con
objeto de celebrar culto en ella; en el presbiterio y teniendo como fondo un
dosel de seda roja se veneró, aunque por poco tiempo, la talla del Cristo de la
Caridad.
Tras este breve paréntesis y después
de usarse como sede de la "Peña San José" y almacén, la dejadez se ha
apoderado de ella. Sus fuertes muros de piedra se agrietan, en sus tejados
crecen hierbas y arbustos que poco a poco los van destruyendo, entre sus huecos
anidan las aves y en el interior se aprecia cada vez más la huella del
abandono.
Pero, no basta con lamentarnos, como
custodios del legado que nos hicieron nuestros antepasados estamos obligados a
recuperarla para que forme parte del patrimonio artístico del pueblo, que junto
con su historia, sus tradiciones, sus costumbres, sus leyendas, sus fiestas...
debemos preservar porque juntos forman la identidad y esencia de Villafranca.
Ojalá que la dejadez, la apatía, el
abandono, la burocracia..., no colaboren a la total destrucción de esta ermita
que junto al Camino de la Barca y al de Córdoba fue durante mucho tiempo vigía
y guardiana de esta Villa.
GALERÍA DE FOTOS:
GALERÍA DE FOTOS:
Nuestra Señora de las Angustias |
Año 1985 |
Año 2001 |
La flecha indica un texto tallado en la piedra |
Detalle de texto ilegible, probablemente formaría parte de otro texto antes de su reconstrucción y al colocar las piedras de nuevo, solo ésta quedó con la escritura a la vista |
En la intersección del crucero se levanta una bóveda semiesférica sobre pechinas decoradas con molduras muy sencillas. |
María Santisima de la Soledad preside sobre el camerín de planta circular al que se accede por una amplia escalera de dos tramos. |
Bóveda circular del camerín. |
Pintor cambiado el color de las molduras azules por dorado.Foto extraída del boletín de la Hermanda de la Soledad. |
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