Portada revista de romería 2014 |
Mucho se ha hablado ya de la vida de San
Isidro, qué podría yo añadir más de su vida y milagros, relatados en los muchos
pregones y artículos de nuestra romería. Pero quiero contaros de él, lo que me
ha llamado la atención de lo que he encontrado indagando en su biografía.
Sabéis que los padres de Isidro se llamaban
Pedro e Inés y que estos llamaron a su hijo Isidro probablemente en honor de
San Isidoro, emblemático arzobispo de Sevilla de la época visigoda. Isidro
nació en Madrid en 1082, cuando la pequeña ciudad todavía estaba en manos de
los musulmanes, pero le quedaba un tris para cambiar de bando, a la fuerza, por
supuesto.
San Isidoro de Sevilla |
Era un hombre excepcionalmente alto para su
época, medía 1,80 metros según demuestra la envergadura de su cadáver y vivió
una eternidad, 90 años, que igualmente en aquellos tiempos era una burrada,
como ahora, vamos, pero por entonces más. La infancia de San Isidro transcurrió en
los arrabales de San Andrés, en lo que hoy es el céntrico Barrio de La Latina
pero la inestabilidad militar en Madrid obligó a la familia del santo a
trasladarse a Torrelaguna, donde se dice que conoció a su mujer María Toribia, posteriormente Santa María de
la Cabeza, y tuvieron un hijo que se sepa, de nombre Illán, y que siguiendo las
estela paterna, también le dio por obrar milagros, o eso dice la gente de
Madrid de toda la vida, tan devota de esta familia campesina y campechana.
La historia de este humilde labrador es excepcional para una época, el siglo XI, donde la gran mayoría de santos eran de origen eclesiástico o noble. Como suele ocurrir con todos los santos medievales, el mito y la realidad confluyen en su biografía sin que sea posible saber dónde empieza uno y donde acaba otro.
Es paradójico que Madrid, conocida desde los tiempos de los visigodos
por el enorme acuífero que atraviesa el subsuelo madrileño, diera luz al santo labriego
que tantos milagros realizó vinculados al líquido elemento, al cual le
atribuyen más de 400 milagros y narro alguno de ellos:
El
pozo de San Isidro
Posiblemente el milagro más famoso de todos es el que salvó a su hijo
Illán de una muerte segura. Al parecer, mientras San Isidro se encontraba
trabajando en el campo su hijo cayó en el interior de un profundo pozo.
Cuando llegó se encontró a su mujer, Santa María de la Cabeza desesperada
y lamentándose por lo que había ocurrido. Ambos se pusieron a rezar junto al
pozo y pronto el nivel del agua comenzó a subir hasta que el niño salió a la superficie.
Este pozo es el que se puede ver si se visita el Museo de los Orígenes o Museo
de San Isidro en la Plaza de San Andrés.
El Milagro del Pozo |
Aparición
de fuentes y manantiales
Otro de los fascinantes capítulos atribuidos a San Isidro y también
tiene como protagonista al agua. Un día que el santo estaba cumpliendo con sus
labores del campo recibió la visita de su señor, Iván de Vargas, quien le pidió
un poco de agua para beber ya que era un día muy caluroso. El santo se dio
cuenta entonces de que se le había terminado así que cogió su cayado y golpeó
el suelo diciendo: “Cuando Dios quería, aquí agua había”. En aquel mismo
instante comenzó a brotar agua del suelo. Este punto es desde antaño una fuente
cuya agua muchos creen que tiene propiedades curativas y donde la Emperatriz
doña Isabel mandó levantar la ermita, en 1528.
Ayuda
divina en el campo
Otro milagro que ha llegado hasta nuestros días nos relata que San
Isidro contaba con una ayuda muy especial en sus tareas del campo.
Concretamente, la de dos ángeles que labraban con los bueyes mientras que él
rezaba.
El
saco de grano misterioso
San Isidro tuvo un gran amor por los animales y su relación con éstos
también desembocó en otro capítulo milagroso. Un día que había nevado nuestro
protagonista se dirigía al molino cargando sobre sus espaldas cargaba. Cuando
llegó a su destino descubrió con asombro que el saco estaba otra vez lleno.
Comida
infinita para los pobres
Otro episodio milagroso es el de la llamada “olla de San Isidro”. El
Santo organizaba de forma periódica (en algunos sitios he leído que todas las
semanas, y en otros que de manera anual) comidas para los más necesitados. El
caso es que en cierta ocasión, el santo no contaba con alimento suficiente para
tantos asistentes. Para tratar de remediarlo, a la vez que rezaba comenzó a
introducir el cazo en la olla y ésta parecía no tener fin. Siguió sirviendo más
y más comida hasta que todos quedaron saciados.
El
cuerpo incorrupto
Seguimos con los milagros atribuidos al patrón de Madrid, éstos ya
acaecidos una vez muerto. El primero de ellos es que murió en 1172 y fue
enterrado junto a la Iglesia de San Andrés. Sus restos fueron exhumados décadas
más tarde y descubrieron con asombro que el cuerpo estaba incorrupto. Este
milagro va estrechamente ligado al siguiente…
Consejo
en la Batalla de las Navas de Tolosa
Cuando Alfonso VIII regresó victorioso de la batalla de las Navas de
Tolosa cuenta como en el devenir de la guerra había resultado decisivo el
consejo de un pastor que les había mostrado un camino secreto en Sierra Morena
para sorprender a los musulmanes. Cuando el monarca contempló el cuerpo intacto
de San Isidro reconoce entonces al pastor que sabiamente le había aconsejado en
la batalla. ¡El Santo se le había aparecido una vez muerto para guiarle hasta
la victoria!
El rey Alfonso VIII de Castilla |
Sanación
de Felipe III
Para finalizar, quería hablaros del milagro que le valió la
beatificación al Santo. Estando Felipe III gravemente enfermo, éste pidió que
le llevaran el cuerpo de San Isidro para ver si de esta forma su salud mejoraba.
Como os podéis imaginar, esta “visita” al monarca tuvo un inmediato efecto
sanador y en agradecimiento, el Rey inició los trámites de una beatificación
que tuvo lugar el 14 de abril de 1619.
El rey Felipe III de España |
Como veis la vida de San Isidro da para varios secretos, no es de
extrañar teniendo en cuenta que vivió cerca de 90 años, una longevidad
totalmente fuera de lo común en los Siglos XI y XII.
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