jueves, 9 de diciembre de 2021

MI PUEBLO Y LA NAVIDAD, RECUERDOS DE ANTONIA BURGOS BEJAR

 

.


Antonia Burgos en el patio de su casa levanta la mirada
del libro de cuya lectura están atentas en primer plano
la abuela Frasquita Bejar Méndez y su vecina Ana "La Barquera".
Ana Vega, metida en su tacataca mira atenta
al objetivo de la cámara


Inmersos de lleno en las fiestas de Navidad, repasando algunos artículos escritos en aquella revista FUENTE AGRIA de Villafranca, encuentro esta narración de nuestra paisana, escritora de vocación y fotógrafa de profesión, me refiero a doña Antonia Burgos Bejar.

Antonia nos relata las vivencias de su niñez en las fiestas de Navidad, en unos tiempos duros y de gran escasez terminada la guerra. A pesar de todo dice que se sentían felices, prueba de ello, este párrafo que extraigo de su carta:

! Qué felices nos sentíamos, aún en medio de aquella escasez...i Y es que en nuestra casa había paz. Y había amor. El mejor símbolo de una Noche Buena...

No sé si Ana Vega recuerda haberle oído cantar a su madre las coplillas que comenta: "Los Mayos", "Anita, Anita", "Ya Viene Don Pedro", " La Niña pelando la pava". Sería bueno que Ana o alguien que la sepa de haberla oído cantar a sus padres o abuelos, nos la tatareara o escribiera su letra.


MI PUEBLO Y LA NAVIDAD

No sé de qué modo celebran ahora por mi tierra la Navidad. La forma en que las gentes de mi pueblo viven en estas épocas esos días entrañables. Son muchos años los que he pasado fuera y los pueblos cambian. Recuerdo las Navidades de mi niñez. Eran los años duros, difíciles de la postguerra. Para nosotros en casa, esas fechas tuvieron siempre un valor íntimo y a la vez grande. Supongo que el Misterio de esa Noche lo captábamos y lo dejábamos penetrara en lo más íntimo y profundo de nuestras almas. Idealizábamos la Fiesta y poníamos toda nuestra sencilla  emoción en cuanto hacíamos para celebrarla.

Recuerdo que mi hermano me hacía un "Belén" de 'recortables". ! Estábamos tan mal de "perras"...! Me hacía también una zambomba. Y él, que era muy habilidoso, se fabricaba una "carraca". Mi padre querido tocaba la bandurria...En cuanto se hacía la noche, nos recogíamos en la habitación para estar junto al "belén" que se había colocado sobre la piedra de la cómoda.

Cenábamos temprano para que mi abuela, que era muy anciana, pudiera hacer bien la digestión. Nuestra cena era sencilla, como correspondía a aquellos tiempos. Para poder tener el pan necesario en aquella noche y al día siguiente, habíamos estado sin probarlo cinco o seis días antes, dejando los tickes en la cartilla de Racionamiento para poderlos sacar todos juntos el día 24, así que cualquier cosita que mi madre querida preparaba, con sus grandes dotes culinarios, se nos antojaba a nosotros la mejor comida del mundo.

! Qué felices nos sentíamos, aún en medio de aquella escasez...i Y es que en nuestra casa había paz. Y había amor. El mejor símbolo de una Noche Buena...

Después de la cena, mi padre querido cogía la bandurria. Aquella bandurria que él hacía hablar, reir y llorar cuando la tocaba con sus manos maestras. Juan, su carraca y yo, mi zambomba. Y a tocar y cantar villancicos, acompañados por la abuela y mi madre querida. Hermosas navidades que acuden a mi memoria, así como los sueños que me inspiraban él mirar emocionada al niño, Jesús de 'recortables" que me transportaban al autentico "Belén" para postrar mi alma de hinojos ante la Familia Caminante y Humilde de todos los tiempos, que tanto supo de privaciones y pobrezas...

Posteriormente, las Navidades de mi adolescencia, o mejor dicho, "prenavidades" porque en aquella época mis padres no me dejaban salir de casa, nos divertíamos mucho. Mis amigas y yo nos reuníamos con otras muchachas y muchachos mayores, que en grandes grupos cantaban acompañados de zambombas hechas en enormes cántaros para que retumbaran mucho. Cantaban Villancicos, pero también otros cantares picarescos que no se sabe por qué caramba se cantaban en esas fechas, si no contenían el espíritu navideño que lógicamente se imponía. Debían de ser tradiciones populacheras desde vaya usted a saber de qué apocas. Se cantaban "LOS MAYOS", la "ANITA, ANITA", "YA VIENE DON PEDRO", " LA NIÑA PELANDO LA PAVA" y muchas más que he olvidado. Pero nos reíamos y lo pasábamos bien.

Después, poco a poco, la vida se fue rehaciendo. La economía del país también. Y cuando llegaban los días anunciadores del Mensaje, daba gloria andar por nuestro amado pueblo, sobre todo por las calles más próximas a los hornos que con sus deliciosos olores a tanto dulce como en ellos se cocían, te ponían un cosquilleo en la nariz y en el estómago, QUE TE ALEGRABAN EL ALMA. Sí, hasta el alma, que tan lejos está  de las cosas materiales, pero !ay! que tan pródigamente participa de ellas, mucho más si las recibe del estómago.

¿Y los almireces, con su alegre repiqueteo machacando azúcar, canela y otras especies, no ponía una cancioncilla deliciosa en nuestros oídos?

Después ya de mayores, conseguíamos que nos dejaran ir a la misa del Gallo. ¡Qué emoción! ¡Como nos transportaban las voces del coro, que hacían "más del cielo" la sublimidad del Misterio! ¡Qué tiempos tan hermosos...! Como dijo el poeta:

"Juventud, divino tesoro

te vas para no volver...!

¿Y ahora, como se celebran las Navidades en mi pueblo?¿Qué hace la juventud? ¿Qué piensa? ¿Qué espíritu le mueve, en la fiesta más entrañable, íntima y hermosa que tiene el año?. Después esos recuerdos ya serán para siempre vuestros y os acompañaran en sucesivas fechas.


Antonia Burgos Bejar





lunes, 6 de diciembre de 2021

PACO SOLIS GONZALO VISITA SU PUEBLO NATAL . MEJOR "PAQUILLO MATAJACAS".


 
Para conmemorar su vista a Villafranca después de muchos años.

En este puente festivo que estamos celebrando con motivo del día de la Constitución y de la Inmaculada, he tenido el placer de saludar a Francisco Solís Gonzalo, un paisano que marchó  hace mucho tiempo de Villafranca , y aunque se fue muy jovencillo, era por todos conocido como “Paquillo Matajacas”, me refiero al hijo de Antonio Solís Pérez “Matajacas”.

Quiero trasladaros la petición que me ha hecho, tanto él, como su esposa María y su hija Pilar, en nombre de toda la familia “Matajacas”, el profundo agradecimiento a todo el pueblo de Villafranca por mantener en el recuerdo a su padre Antonio y a su tío Rafael.

El alcalde que se acercó para saludar a la familia, al cual,  le trasladaron su más sincero agradecimiento a  su persona  y a toda la Corporación municipal por haber aprobado en Sesión Plenaria a finales del año pasado, dar el nombre de “Paseo Hermanos Matajacas” al tramo de carretera que va desde la glorieta de entrada al pueblo, hasta el puente de rio. Y que es intención de la familia asistir a la  inauguración oficial de la placa.


En la puerta de la casilla Matajacas.


Paco con su mujer María, su hija Pilar y sus nietos.


Sobre el antiguo puente del rio




No podía faltar la visita a Nuestra Virgen de los Remedios




Ni que decir tiene que la primera visita de esta familia ha sido a Ricardo Ruiz al que consideran de la familia y el que ha sido el artífice de todo esto y al que vuelvo a darle las gracias por facilitarnos la labor de haber hecho posible la realización de este reportaje para  el Blog de Historia Gráfica y de VideoSur TV.

 


jueves, 2 de diciembre de 2021

MARÍA RUIBÉRRIZ DE TORRES, UNA MISIONERA EN REPÚBLICA DOMINICANA

 



El pasado 24 de octubre se celebró el Domingo Mundial de la Misiones, conocido como día del Domund, es una jornada en la que la iglesia católica promueve y fomenta las vocaciones misioneras e intenta conseguir fondos y medios para llevar adelante el trabajo misionero. Esta inquietud ahondó en una villafranqueña allá por la década de los 60, me refiero a María, la hija del boticario D. Joaquín Ruibérriz de Torres y aunque esta gozaba de un estatus bastante cómodo, a la muerte de su padre puso todo su empeño en marchar a las misiones.

De la mano de Rafa Palomares me ha llegado un artículo del periódico Córdoba de 1991 dedicado a su tía  María Ruibérriz de Torres. La entrevista que le hace el periodista Luis Mendoza a María es motivada por su faceta de misionera, vocación que pudo hacerla realidad con  45 años ya cumplidos. Si tenéis un rato leerla porque es interesante. Al final del artículo el periodista muestra su sorpresa cuando ve al sacerdote Manuel Pérez en algunas de las fotos que le muestra María, allá en las misiones. Cura que terminó como jefe de la guerrilla Colombiana, del que dejo un enlace para el que quiera saber algo de este cura mañico. Todas las fotos que os muestro son propiedad de Rafa Palomares al que le doy las gracias.