lunes, 11 de enero de 2016

RECUERDOS DE MIS RAICES. AÑO 2010. Nº VII. BERNABE BURGOS RIZOS


BERNABE BURGOS RIZOS

Es un honor para mí, que desde la distancia, se me haya brindado la oportunidad de dirigirme con unas letras, al pueblo que me vio nacer y crecer; por lo cual estoy muy agradecido.

Tengo 52 años, y ya han pasado 35 desde aquel día de 1975 cuando, acompañado de mi hermano Andrés (pues yo aún no había cumplido los 18), cogía un autobús que me llevaría a LORCA. Allí curse estudios de JEFE DE EXPLOTACIÓN AGROPECUARIA (capataz agrícola para el común de los mortales). 


Sr. Bernabe Burgos Rizos

Fue LORCA, el lugar elegido, por motivos familiares, donde realicé los estudios antes citados, y, donde pase una etapa importante de mi vida; y allí fue donde el destino comenzó a dibujar el futuro de lo que ha sido mi vida hasta ahora fuera de mi pueblo Después de tres años y medio en LORCA, y salvando el paréntesis de la mili, que me llevó unos meses a MELILLA, recalé en ALCOY, adonde llegué con un proyecto bajo el brazo para montar una granja de conejos, en un pueblecito muy cerca de esta ciudad, donde vivo desde hace casi 30 años. 

Y, bueno, aunque la granja duró lo que tenía que durar, aquí me quedé, en este lugar de gente trabajadora y emprendedora, donde acogen a cualquier persona de bien; aquí me quedé con el corazón partio, como dice Alejandro Sanz en su canción, aquí me acogieron, me dejé querer y aquí me quieren; y aquí tengo mi mayor tesoro, mi mujer y mi hija que es lo que más quiero. 

Y decía lo del corazón partio, porque se me partió el día que deje atrás aquel pueblo que me vio nacer; allí tengo la otra parte de lo que más quiero, allí tengo lo que, junto con la de ALCOY, voy a permitirme en llamar mi "FAMILIA CON MAYÚSCULA" porque vaya familia grande; pero en todos los sentidos. 

La familia Burgos, presidida por la madre Ana Rizos

Y después de exponer todo lo anterior, tengo que decir que, la verdad es que nunca he dejado nada atrás, la distancia no me separa de la "PATRIA CHICA" que forma parte de uno mismo, inseparable como la propia sombra y, además, visito el pueblo con bastante frecuencia, siendo testigo de primera mano, de la transformación que ha experimentado durante todos estos años como por ejemplo, el paseo peatonal que llega hasta el puente, desde donde se puede disfrutar, sin problemas de tráfico, de la hermosa vista del rio GUADALQUIVIR. 

Y sin nada más que contar, de momento, desde ALCOY mando un fuerte abrazo al pueblo de VILLAFRANCA DE CÓRDOBA. 

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